jueves, 19 de septiembre de 2013

Una fuente inagotable de células madre para la medicina

Científicos de Israel han descubierto una fuente inagotable de células madre para la medicina. Y la han encontrado en los tejidos de los propios pacientes. Una de las grandes trabas para la aplicación clínica de las células madre iPS, las estrellas emergentes de la medicina regenerativa, es la ineficacia de su obtención a partir de células de la piel: solo una minúscula fracción de éstas, menos del 1%, logra retrasar su reloj para recuperar su primitiva condición de células madre, y por tanto su capacidad para regenerar cualquier tejido y órgano del cuerpo. El nuevo trabajo identifica una forma de superar esa barrera y llevar la eficacia hasta casi el 100%.
La tecnología de las células madre iPS, o de pluripotencia inducida, se ha desarrollado en los últimos años como una salida a los conflictos éticos, políticos y religiosos que suscitaron en la década anterior las células madre embrionarias. Mientras que estas últimas requieren la destrucción de embriones humanos de dos semanas, las células iPS proceden de la reprogramación de simples células de la piel de un paciente. Esto no solo evita el uso de embriones, sino que produce un material genéticamente idéntico al paciente en cuestión, lo que evitará el rechazo en caso de serle trasplantado.
Jacob Hanna y sus colegas del Instituto Weizmann en Rehovot, Israel, han logrado ahora identificar lo que parece ser el principal impedimento para una conversión eficaz de las células adultas en células iPS. Se trata de un gen conservado en los mamíferos, llamado Mbd3. Hanna muestra en la revista Nature que la inactivación de ese gen, unida al procedimiento convencional de retrasar el reloj celular, permite a las células adultas —ya sean de ratón o de humano— convertirse en células iPS con una eficacia cercana al 100%. No solo funciona con la piel, sino también con otros tipos de tejido, lo que también incrementa las posibles fuentes de material para el futuro.
Casi todas las células del cuerpo tienen el mismo genoma, una copia del genoma humano que han heredado del cigoto, la célula formada por fusión de un óvulo y un espermatozoide. Que una célula de la piel sea distinta de una del hígado o de una neurona se debe a que cada una tiene activos distintos factores de transcripción, o genes que regulan a otros genes. Esta organización jerárquica de la regulación genética permite a unos pocos factores de transcripción regular grandes redes de genes subordinados, y en el fondo es la razón de que funcione la técnica de Yamanaka: que solo cuatro factores de transcripción, llamados Oct4, Sox2, Klf4 y Myc, basten para reprogramar células de la piel como células madre. Pero ¿por qué la eficacia es tan baja?
Los científicos han hallado ahora que los propios reprogramadores Oct4, Sox2, Klf4 y Myc, los llamados factores de Yamanaka en el mundillo, reclutan a su servicio a un gen represor, llamado Mbd3, que se dedica a reprimir a los mismos genes inmaduros que ellos están intentando activar. Y que basta inactivar a ese represor Mbd3 para que la balanza se desequilibre y la eficacia de la reprogramación ascienda al 100%. En este tipo de trabalenguas viven sumidos los genetistas.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Células adultas de un organismo vivo retroceden en su desarrollo evolutivo hasta recuperar características propias de células madre


Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) liderado por Manuel Serrano ha sido el primero del mundo en lograr que células adultas de un organismo vivo retrocedan en su desarrollo evolutivo hasta recuperar características propias de células madre embrionarias. Tal y como explican los autores del trabajo en la revista Nature, la investigación ha revelado además que estas células madre embrionarias obtenidas directamente en el interior del organismo tienen una capacidad de diferenciación más amplia que las obtenidas mediante cultivo in vitro. En concreto, tienen características de célulastotipotentes, un estado primitivo nunca antes obtenido en un laboratorio.

Las células madre embrionarias son la principal apuesta para la futura medicina regenerativa. Son las únicas capaces de generar cualquier tipo celular de los cientos de tipos celulares que conforman un organismo adulto, por lo que constituyen el primer paso para la curación de enfermedades como el alzhéimer, el párkinson o la diabetes. No obstante, este tipo de células tiene una brevísima existencia, limitada a los primeros días del desarrollo embrionario, y no existen en ninguna parte del organismo adulto.

Uno de los mayores hitos en la reciente investigación biomédica fue el protagonizado por Shinya Yamanaka en 2006, cuando consiguió crear en el laboratorio células madre embrionarias (células madre pluripotentes inducidas in vitro, o iPSCs in vitro) a partir de células adultas, mediante un cóctel de tan solo cuatro genes. El hallazgo de Yamanaka, por el que se le concedió el Premio Nobel de Medicina en 2012, abrió un nuevo horizonte en la medicina regenerativa.

Ahora, los investigadores del CNIO han dado un paso más al conseguir lo mismo que Yamanaka pero dentro del propio organismo, en ratones, sin necesidad de pasar por placas de cultivo in vitro. Generar estas células dentro de un organismo acerca todavía más esta tecnología a la medicina regenerativa.

El primer desafío de los investigadores del CNIO fue reproducir el experimento de Yamanaka en un ser vivo. Para ello escogieron al ratón como organismo modelo. Usando técnicas de manipulación genética, los investigadores crearon ratones en los que se puede activar a voluntad los cuatro genes de Yamanaka. Cuando activaron estos genes, observaron que las células adultas fueron capaces de retroceder en su desarrollo evolutivo hasta células madre embrionarias en múltiples tejidos y órganos. “Este cambio de dirección en el desarrollo no se ha observado nunca en la naturaleza; hemos demostrado que podemos obtener células madre embrionarias también en organismos adultos y no sólo en el laboratorio”, expone María Abad, coautor del trabajo. Manuel Serrano añade: "Ahora podemos empezar a pensar en métodos para inducir regeneración de manera local y transitoria en un determinado tejido dañado". 

Las células madre obtenidas en los ratones presentaban además características de totipotencia nunca generadas en un laboratorio, equivalentes a las de los embriones humanos de 72 horas de gestación, compuestos por una masa de tan solo 16 células. En comparación con las células obtenidas con la técnica desarrollada por Yamanaka, la células madre obtenidas en el CNIO representan así un estadio embrionario aún más temprano, con mayores capacidades de diferenciación. Tanto es así que los autores fueron incluso capaces de inducir la formación de estructuras pseudo-­embrionarias en las cavidades torácica y abdominal de los ratones.

“Nuestras células madre sobreviven también fuera de los ratones, en cultivo, por lo que podríamos, además, manipularlas en el laboratorio”, explica Abad, que asegura que “el siguiente paso es estudiar si estas nuevas células madre son capaces de generar de una forma más eficiente distintos tejidos, como páncreas, hígado o riñón”.
Fuente: Muy interesante

jueves, 12 de septiembre de 2013

Un programa de la NASA para que los aficionados busquen exoplanetas

OSCAAR es el nombre de un nuevo programa de la NASA destinado a que los astrónomos aficionados identifiquen nuevos planetas fuera de nuestro sistema solar. La búsqueda se basará en la observación de estrellas brillantes y en elregistro de ligeros descensos en su brillo debido al tránsito de cuerpos celestes que orbitan a su alrededor y que se interponen entre el observador y el astro. "Encontrar suficientes a los candidatos a exoplanetas solo es posible observando atentamente el brillo de miles de estrellas simultáneamente", explica Brett Morris, del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la agencia espacial, que asegura que la fluctuación del brillo es de apenas un dos o un tres por ciento, lo suficiente para que la midan los detectores que muchos astrónomos amateurs e instituciones académicas ya poseen en sus instrumentos de observación. 

En concreto, los aficionados que decidan participar en OSCAAR necesitarán un telescopio equipado con un detector electrónico de luz o CCD y un ordenador con software capaz de leer la señal del CCD. Según ha explicado Morris, los participantes podrán aplicar la fotometría diferencial para hallar, sobre todo, exoplanetas del tipo 'Júpiter caliente' en torno a estrellas próximas, ya que se trata de planetas grandes y se pueden detectar sin demasiada dificultad con un telescopio a ras de suelo durante una sesión de observación de seis horas en una noche cualquiera. 

martes, 10 de septiembre de 2013

En España el suicidio es la primera causa de muerte violenta

En España el suicidio es la primera causa de muerte violenta, se cobra más vidas que los accidentes de tráfico. Sin embargo, casi no existen programas de prevención, al contrario de lo que ocurre en el asfalto.
Las cifras de personas que a diario se suicidan son impresionantes. Cada 40 segundos, según la Organización Mundial de la Salud, alguien hace algo definitivo para acabar con su existencia.
Cuando en el 2003 se decidió que el 10 de septiembre fuera el día internacional dedicado a la prevención del suicidio, cuatro países de Europa Oriental acaparaban los primeros lugares. En el otro extremo, América Latina mostraba las tasas más bajas junto con países musulmanes. De África nada se sabía.
Diez años después, el panorama epidemiológico poco ha cambiado a pesar del esfuerzo de muchos individuos, organizaciones civiles, asociaciones de salud mental y algunos gobiernos.
Dicen los expertos que es la causa más común de muerte entre los 15 a 24 años de edad. Tan es así, que más jóvenes acaban suicidándose que siendo víctimas de asesinatos y guerras. Aún cuesta trabajo entender que casi la mitad de las muertes violentas en la juventud se deban a suicidio.
Se calcula que al final de esta década morirán 1.5 millones de personas, cada año, por auto-eliminación.
¿Y los viejos se suicidan?
Cada 90 minutos, una persona de 65 años o más acaba con su vida; 16 muertes diariamente, que significan la quinta parte del total de suicidios. Y aunque poco se dice al respecto, los viejos se suicidan dos a tres veces más que los jóvenes. Además, debe sumarse el “suicidio silencioso” que se inicia cuando el viejo decide dejar de tomar sus medicamentos u opta por sobredosificarse, se niega a comer y a tomar agua.
También ocurren “suicidios dobles” cuando se involucra a la pareja y ambos se quitan la vida en una acción concertada. Los viejos, en general, tienen menos probabilidades de ser encontrados con vida y asistidos después de un acto suicida debido al aislamiento social, su fragilidad biológica y al empleo de métodos letales.
A final de cuentas, la desigualdad socio-económica preponderante, el creciente desempleo y la incertidumbre de oportunidades hacia el futuro son los factores de riesgo suicida más poderosos en los tiempos que nos toca vivir.

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